Cerrábamos la fecha en el valle del Aconcagua y siendo vísperas de la celebración de la virgen se buscaba un buen resultado, pero tristemente fue todo lo contrario.
El partido partía friccionado, incluso el capitán del Uní Uní puedo irse expulsado tras un patadón a Díaz. En ese momento se veía un cotejo para cualquiera, con domino compartido, hasta que en el minuto 19′ tras una desinteligencia de la defensa iquiqueña, llegó un cabezazo de Castro a contrapié de un Cuerdo que recibía el primer gol desde que está en el club. Iquique, no lograba acomodarse en el Municipal, cuando llega la segunda estaca en el minuto 34′. Otra desinteligencia defensiva dejaría solo a Castro quien buscaba su doblete, pero Cuerdo se lo impedía dejando el rebote, para que entrara Riveros y nos dejara 2 goles abajo.
En el segundo tiempo se vieron varias opciones y se era un poco más incisivo buscando el descuento que nos metiera en el partido, cuando sucedió lo impensado. Corría el minuto 61′, cuando un rebote en el medio queda en pies de Fredes, quien miró un Cuerdo adelantando, y desde la mitad de la cancha el clava de unos los mejores goles del año. Con el 3-0, se cerró el partido al punto que nos quería echar del estadio cortando la luz del Municipal de San Felipe. Las torres se iluminaron en 15 minutos, tal como dijo el encargado del estadio (aprende algo CGE), lo triste que la oscuridad seguía del lado de los dragones. La frustración se hizo notar cuando Carlos Espinosa, pone un codazo de aquellos y se va expulsado de manera directa. Lo único que nos dio algo de felicidad es el gol de Ramos en la última jugada del partido.
Segunda derrota consecutiva de visita que viven los dragones en la vuelta al ascenso. Poco y nada se ve del equipo que nos ilusionó en Copa Chile, pero no queda más que apoyar y desear que el próximo partido en el Tierra de Campeones, el resultado nos de una alegría. #VamosDragones.
