Un Dragón recién ascendido disputa su primer campeonato como equipo de Primera División, y tras una campaña notable se queda con la Copa Polla Gol de 1980. Nuestro primer campeonato grande.
Cuenta la leyenda que la ACF (Asociación Central de Fútbol – hoy ANFP) no nos tenía para nada considerados dentro de la final. Quizás ni siquiera dentro de los semifinalistas. Pero el Dragón Celeste, ese que se formó en el amateurismo con empuje, garra y corazón, no estaba para juegos y los sorprendió a todos.
Tal vez el inicio del campeonato no fue de los más alentadores, ya que el CDI cayó derrotado ante Cobreloa en la segunda región por un abultado 5-1. Deportes Iquique se cobraría venganza contra Coquimbo y lo vencería en el Estadio Municipal por 1 gol a 0. Después vino la victoria sobre el desaparecido cuadro de Aviación, un empate con Cobreloa, una caida en Coquimbo y empate contra Aviación. Todo esto nos dio 6 puntos (en ese entonces se asignaban 2 puntos por partido ganado) y nos clasificaba como segundos en el grupo. Arriba estaba Cobreloa con 11 puntos.
La fase grupal quedaba atrás y ahora se debía jugar en eliminación directa, con partidos de ida y vuelta. El rival era O’Higgins. En Rancagua, nos sacamos los “balazos” de la campaña irregular en el Grupo Norte y vencíamos por 3 goles a 1, con un aporte de Gega y dos de Fidel Dávila. El partido de vuelta, en el Estadio Municipal, sería nuevamente para el CDI. Esta vez el resultado fue de 3-2 a favor nuestro, con un “hat-trick” de Fidel Dávila.
Llegaba la semifinal, y ahora se jugaba a partido unico en “cancha neutral”. El rival era la Universidad de Chile y el estadio escogido era el Nacional. ¿Cancha neutral dijeron? Esa tarde, Iquique no tuvo que enfrentar solo a los 11 azules, sino que también a un señor vestido de negro llamado Alberto Martinez, conocido como “el juez de hierro”. Esa tarde, Fidel Dávila puso el tanto de la victoria, pero también surgió la figura de Luis Acao, quien hizo – sencillamente – un partidazo y no dejó que los azules marcaran.
13 de Abril de 1980. Era un día domingo, donde además se definía la versión de Segunda División de la misma copa, en uno de aquellos desaparecidos programas dobles. El estadio Nacional nuevamente era el escogido para el encuentro, destacando nuevamente la neutralidad de jugar en Santiago ante un equipo capitalino. Pero los Dragones no estuvieron solos, porque esa tarde llegaron alrededor de 5000 iquiqueños para alentar a la Celeste Cielo, que estaba a punto de hacer historia.
Una historia pintada de Celeste, el color más hermoso. Aquella tarde, Deportes Iquique demostraba que no se gana solo con nombres ni trayectoria (ellos contaban con Caszely, Osbén, Orellana, entre otros). Fidel Dávila (era que no!) abría la cuenta con un verdadero golazo, mientras que Omar Souvegout pondría el 2-0 en el segundo tiempo. Colo-Colo descontó, pero eso no fue impedimento para que el Dragón Celeste se trajera la Copa, desatando la alegría de una ciudad completas.
Es cierto que nuestra historia profesional nos ha traído más penas que glorias, pero por la misma razón tenemos que saber recordar, atesorar y admirar lo que hizo este puñado de Iquiqueños al coronarse como campeones. ¡Feliz 13 de Abril, hinchas del CDI!