Lo que nos negábamos a que creer sea consumado, el descenso es real. Es díficil pensar en este momento cuando lo único que sientes es rabia, impotencia, pero sobre todo pena.
Fueron 10 años, fueron 10 años donde sentimos ese aire de ser primera, 10 años en los que nos ilusionamos con la primera estrella en un par de oportunidades, 10 años donde conocimos lo que era jugar en una copa internacional, algo impensado si se lo cuento a ese joven hincha que veía a su equipo en tercera división. Es triste pensar en esos momentos, tener esa nostalgia por volver a esos años donde eramos ese equipo que sin estrellas supo ganarle a las adversidades, supo doblarle la mano al destino y llegar a lo más alto, pero ahora nos queda solo como consuelo ante este descenso que nos dará vuelta durante unos días.
Nos tocará enfrentar una nueva etapa, de esas que incluso asustan. La primera B es un terreno montañoso, pedregoso y el cual te complica de tal manera que pareciera que nunca saldrás de ahí, sin embargo, ya tuvimos esta suerte, ya tuvimos ese pequeño tropiezo que hacía parecer que todo era oscuro, pero que terminó con una de etapas más gloriosas del club y por que no soñar nuevamente con aquella hazaña del bicentenario.
El campeonato fue una burda paradoja, una combinación de acontecimientos los cuales nos sentenciaron. Ahora no es el momento para buscar culpables, no es momento para apuntar con el dedo, es el momento de sacar esas lágrimas que tenías guardadas, esas lágrimas de niño que te hacen no más débil si no más fuerte. No me quiero ni imaginar como debe estar ese camarín en el nacional.
Ahora, nos queda caer en la bebida, nos queda caer en el alcohol, nos queda pensar en esos puntos, en esos goles que no entraron, nos queda pensar en que sera el próximo campeonato. Tal vez sea muy cliché en la forma que termine esta nota, pero no de otra manera la cual se pueda hacer y así como escribió Santiago Polanco hace años
Iquiqueños arriba la frente
y estrechemonos para cantar
que la fama de nuestros esfuerzos
ha cruzado la pampa y el mar
Nos vemos en la Primera B.
Somos Celestes.