Tu primer club profesional estaba desorientado, perdido, quebrado por dentro sin un rumbo fijo. Pero nada de eso te importó y asumiste como DT de los Dragones Celestes, aquel equipo que defendiste en otros tiempos, donde también se peleaba con los problemas financieros.
Se cuestionó tu experiencia, que no era el momento, que debía llegar otro, que había que apostar por alguien local. Pero ya estabas aquí y en base a tu trabajo nos invitaste a subirnos a la Leivaneta. Poco a poco, el CDI fue recuperándose y logró una leve mejoría donde tuvo nuevamente identidad en el juego, donde se terminaba luchando el partido hasta el final pasara lo que pasara. Le sacaste rendimiento al equipo y muchos te devolvieron la mano aprovechando las oportunidades en cancha.
Lamentablemente, los resultados no nos acompañaron y terminamos perdiendo la categoría luego de 10 años. Pero lo que nos dejó tranquilos es que se mantuvo la esperanza hasta el final, con un equipo que parecía condenado desde mucho antes.
Esperamos que puedas comandar la operación retorno, que te dejen trabajar tranquilo y ayudes con tu granito de arena a que este equipo pueda convertirse en un equipo protagonista, con una buena cantera e identidad regional.
Gracias, don Flaco, desde Somos Celestes.
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